25 noviembre 2009

Peña del Gato, Pedriza

Si tuviera que comparar la escalada con otro deporte o actividad, lo compararía con el ajedrez, así por ejemplo una buena vía clásica sería como jugar una partida de 40 movimientos en 5 horas, pausada concienzuda y en la que es necesario el conocimiento de multitud de recursos, la deportiva sería como una partida rápida o semirápida, ligera y técnica, y el bloque sería como un problema de ajedrez de esos de “las blancas juegan y dan mate en cuatro”, rápido, explosivo y con algo de arte, y en cuanto a la dificultad, sencillamente, compararía la dificultad de la vía con la categoría de tu adversario o la profundidad de ese problema de ajedrez.
Aunque en el ajedrez la actividad física es casi nula, el ejercicio mental es tan brutal como en la propia escalada.
Esa es la sensación que he tenido siempre y que ahora me viene a la cabeza mientras atravesábamos la zona de bloques que hay camino a la Peña del Gato. Entre estos bloques, medio emboscados, hay algunos “bloqueros” con sus colchonetas respectivas resolviendo sus problemas de ajedrez, mientras, nosotros vamos en busca de nuestra Peña a “jugar unas rápidas”.

Foto: Asun

Curiosa y bonita zona, tiene su propio carácter, muy distinto al resto de la Pedriza, quizás sea debido a la amplitud que le da el pantano de Santillana, aun así tiene el sello inconfundible de la Pedra.
Hace un día que en un principio parecía de asarte pero cuando las pulsaciones bajan a su estado normal, después de la marcha de aproximación, a la sombra no sobran las prendas de abrigo.
En la peña del Gato hay dos zonas bien diferenciadas, la de arriba y, como es lógico, la de abajo, empezamos con las de arriba que son más fáciles y encima están algo más soleadas, para llegar a estas hay que meterse por una especie de pasadizo-cueva que hay a la izquierda del peñote.
Foto Carlos: El pasadizo

Una vez arriba y situadas las vías, Carlos y Asun se meten en “La hora de la zarza”, Vlady y Sergio en Chupapower, mientras yo que espero turno saco alguna que otra foto.
Foto: Las 4 torres, que se deben ver desde Burgos. :)

Hoy viene con nosotros Antonio Peña, fotógrafo profesional que nos deleita con un buen reportaje, del que ya vimos una buena parte mientras vaciábamos unas jarras al termino de la jornada y que en breve imagino podremos ver en su web.
(No dejéis de pinchad este enlace, es lo mejor del post)
¡Que curioso! A finales de septiembre, en el post del Alto del Telégrafo, pedía un deseo…, que viniera un fotógrafo profesional con nosotros,… si llego a saber que se cumplen los deseos hubiera pedido otra cosa… ejem, a ver la lotería de este año que tal. (Por no poner algo más personal)

Foto: Antonio Peña apuntando con su “pepino”

Tan concentrado está Antonio con sus fotos que a veces se le olvida que está en un lugar con patio. Por las vías de arriba hay que andar con ojo, se está más seguro escalando que rondando por el pie de las vías.
Es mi turno, creo que el primer pasito de adherencia de la vía más facil, Chupapower, fue el peor momento del día.
¡Jopel! Que mal voy hoy de coco, me decía, por suerte se quedó toda esa sensación en el primer paso de esa primera vía.
Por ahí abajo aparecen Alberto, Hugo, Pepe y Yago, no termino de conocer a la mayoría de ellos, pues el contacto con los dos sectores es escaso, de vez en cuando aparece alguno llegando a los descuelgues y aprovechando el viaje para subirnos algo, pues hemos dejado los macutos abajo, pero no es el mejor lugar para presentaciones. Estos si que se aprietan los septimos.
Las vías van cayendo mientras el perezoso sol de otoño que apenas calienta se va inclinando.
A continuación unas cuantas fotos de esos momentos de trepadas.

Foto: Carlos y Sergio

Foto: Vlady feliz de salir de su lesión

Foto: Carlos en ¿Tu no serás patonero?

De ese día hay una foto de Vlady que me ha llamado mucho la atención, parece como si el abismo estuviera bajo nuestros pies, como si escaláramos en dirección a la luz huyendo de la oscuridad.
Foto Vlady: Sergio en plena escalada

Buen día de escalada en buena compañía, que más se puede pedir. :)

Cómo llegar: Desde la rotonda del gato, justo antes de llegar a Manzanares El Real viniendo de Madrid, subir la cuesta, tomar la C/Milano y posteriormente la C/Golondrina, aparcar cuando tengamos visible está peña de la foto.
Cerca de esta peña, más o menos desde donde hago la foto, sale una senda no muy marcada que hay que tomar, pasaremos por una pequeña puerta metálica y continuaremos sin adentrarse entre los bloques y siempre bordeando por la derecha, posteriormente llegaremos a unas ruinas donde hay unas viejas colmenas de latón, a partir de aquí ya se divisa la peña.

Foto: La Peña del Gato


Los croquis: Por ejemplo en Pedriceros.com y en el blog de Ismael, en Pedriceros vienen dos vías más, en el blog de Ismael la foto es más nítida.

Más info de ese día: En los blogs de Asun y Vlady, y más fotos de Antonio Peña.

Actividad realizada:
352. Chupapower, IV, M0
353. La hora de la zarza, V, M0
354. Al pan, pan y al vecino pum, 6a, M0
355. ¿Tu no serás patonero?, V+, M0
356. Las moyuelas, 6a+, M0
357. Genocidio Geko, 6a+, M0

17 noviembre 2009

El espectro de Brocken

A nadie le extrañaría ver un arco irisado decorando el paisaje un día de lluvia, estamos acostumbrados a verlo desde muy niños, se suele producir antes o después de una llovizna, cuando el sol, que asoma entre las nubes, incide sobre las gotas de agua polarizando la luz, es el Arco Iris.
Lo que ya no es tan fácil de ver es el Espectro de Brocken, es un fenómeno visual bastante espectacular y poco frecuente, se produce cuando estas cerca de un mar de nubes o banco de niebla, y el sol, que debe de estar inclinado (al amanecer o al atardecer), proyecta nuestra sombra sobre la blancura de las nubes.
Sobre el fondo blanco, además de nuestra sombra, se puede ver una aureola irisada que rodea la sombra de nuestra cabeza (hay gente que ha visto la aureola rojiza), pero sobre todo, lo que podremos ver es un arco extraordinariamente blanco, se asemeja por su tamaño al de un arco iris y tiene su centro en nuestra reflejada sombra, la blancura de este arco es tal, que destaca incluso sobre la de las nubes.
Aunque ahora sabemos que se trata de un fenómeno de refracción de los rayos solares sobre una capa de niebla o nubes, antiguamente se consideraba una señal de mal augurio, el accidente que tuvo Eduard Whimper en el Cervino, justo después de ver este fenómeno ayudo al inicio de esta leyenda negra.
En algunas partes del Himalaya dicen que quien ve este fenómeno es porque ha alcanzado el Nirvana, puestos a elegir me quedo con esta segunda opción.
Desmitificado ya el espectro, hoy en día ya le podemos llamar el efecto Brocken.
Particularmente he tenido la suerte de verlo en tres ocasiones.
De la primera de ellas guardo un grato recuerdo, fue un atardecer de hace muchos años, aquel día montamos el campamento pronto, tocaba pues tarde de descanso. Cada cual se tomó el descanso a su manera, unos echando la partida de mus en la tienda comedor, otros descansando en sus respectivas tiendas y los que menos esa tarde la aprovechamos para aclimatar en altura. Quizás me entretuve demasiado en la sobremesa, cuando me quise dar cuenta los que partían de paseo lo habían hecho sin mí, tampoco avisé.
Así que decidí irme solo a un cercano monte que tenía enfrente, unos 400 m de desnivel calculaba, en un pequeño macuto metí simplemente la cantimplora y una prenda de abrigo, la cámara me la dejé en la tienda, tomé referencias pues por aquella zona se levantaba las niebla por la tarde, y despacio para arriba a aclimatar. Anda alto y duerme bajo dicen.
Quien me iba a decir que al subir un monte, que en los mapas no tenía ni nombre, me iba a encontrarme con semejante espectáculo en su cumbre.
Ahí estaba el espectro de Brocken, las únicas referencias que tenía de él era la que había leído en el relato de Whimper.
Sencillamente Espectacular.
Aunque ese día no alcancé el Nirvana, la visión de ese enorme arco blanco me dejó un recuerdo imborrable.
Las otras dos veces que lo he visto fueron por el Pirineo, y sí, en estás ocasiones llevaba cámara.
Foto: La aureola irisada rodea la sombra (Pirineos 2005)


Foto: En la esquina superior derecha se puede observar un trozo del arco blanco (Pirineos 2005).

Foto: Efecto Brocken en la bruma del lago (Pirineos 2009)

A veces también se forma sobre la bruma de un lago, en este caso se puede ver el arco blanco, algo ridículo en comparación con el primero que vi.
Tengo que decir que el arco blanco es tan amplio que se necesita un gran angular para fotografiarlo, gran angular que por desgracia no suelo llevar.

10 noviembre 2009

Las Agujas de Valdemanco y el Cancho Albalá, Valdemanco

El pasado miércoles llegaba pronto a una cita, como estaba cerca de Desnivel se me ocurrió acercarme a hacer un poco de tiempo. Como un autómata, y aun sabiendo que no iba a encontrar nada nuevo, me acerqué a los estantes de las guías de la zona centro, en mis manos cayo una guía que no se por qué otras veces había ignorado. Tengo una amiga que dice que las cosas suceden cuando tienen que suceder, quizás ahora estaba preparado para que esta guía cayera en mis manos, sin saber como me vi leyendo el prólogo de la guía de Juan Luis Salcedo.
…ocurre algunas veces que hay montañas que están alejadas de la moda y de las miradas convencionales de casi todos los escaladores. Las agujas de Valdemanco son una de esas zonas. Con una altura modesta, fuera de la mayoría de los circuitos tradicionales, las agujas de Valdemanco, sin caminos definidos, sin apenas información son uno de esos pocos paraísos de la escalada silenciosa, minoritaria y serena que aun queda por descubrir en la zona centro de la península. … Javier Selva

Escalada silenciosa, minoritaria y serena, justo lo que busco, y no digamos de Manolo al que cariñosamente a veces llamo ermitaño. :)
Algunos fueron los planes que me propusieron durante la semana e incluso el mismo sábado, pero la elección ya estaba hecha, hoy tocan las agujas de Valdemanco.
Así el pasado sábado quedamos Manolo, Enrique y yo en la cafetería Mavi, que está muy cerca de la Cabrera, Enrique se había traído las fotocopias de Valdemanco que Josetxu tiene colgadas de su web. Esas no son Enrique, le dije, aun así súbetelas por si acaso.
El día es realmente malo, corre un aire que hace tumbar árboles en Madrid, alerta naranja dicen, pues naranja como mi chaqueta cortavientos,... a amortizar chaquetilla toca.
Al llegar al cementerio de Valdemanco, lugar desde donde empieza la aproximación, Enrique dice de quedarnos por los riscos bajos, pero le digo que el aire viene de poniente y que probablemente haya menos viento arriba pues las agujas están colocadas en una curiosa U invertida… No sé si creérmelo, creo que me estoy autoengañando.
Como bien dice la guía los caminos no están definidos, aun así encontramos una antigua senda aun marcada por algún hito, parece que poco a poco la vegetación está dando buena cuenta de la trocha. Según subimos dos cosas me llaman la atención, el aire ya no es de poniente, ahora es a ratos de poniente, a ratos de levante y a ratos de vete a saber tú de que punto cardinal viene, la otra cosa que me llama la atención es la cara de Manolo, al ver las agujas donde vamos sus ojos cada vez están más iluminados y su cara ya refleja una sonrisa que no puede ni tiene que ocultar, está encantado con este sitio, con estas musgosas agujas de granito, con la soledad que hoy el viento no a querido de sea silenciosa, con el duro paraíso que hoy hemos elegido.

Por su parte Enrique es más polivalente, se lo pasa igual de bien en Patones que marcandose una clásica, o por lo menos esa impresión da.
La senda definitivamente se pierde, Manolo ya ha tomado dirección al espectacular cancho gordo y nosotros detrás, ahí está el cancho con sus no menos espectaculares desplomes del segundo largo, a partir de aquí están todas las moles que describe Juan Luis en su guía, Punta Laura, la escondida Punta Amarga, el Muro de Txulu…
Anoche elegí unas cuantas vías que llevo marcadas en la guía, la primera la tenemos delante de nuestros ojos.

Punta Laura, Vía nº 6, Casquet-Becquer-Vivanco, V-, de varios largos y prácticamente desequipada a simple vista parece que está limpia. Después de muchas dudas, entre otras no tenemos claro que tenga reunión rapelable, decidimos dejar la clásica para otro día, el aire, que en la misma base ha estado a punto de tirarnos a mas de uno al suelo, y los nubarrones que vienen no aconsejan meternos en vías de varios largos.


Foto: El Mondalindo desde las Agujas

Bajamos un poco hacia el Cancho Moñiga, que parece estar un poco más protegido, ya está decidido, vamos a hacer solo primeros largos de vías con reunión, disponemos con ello de un rápido abandono en caso de lluvia. Y tan rápido abandono, fue meterse Manolo en la Vía Garañón, 6a+, cuando se pone a chispear, para colmo a mitad de vía hay un paso de equilibrio en adherencia y arrecia el aire, lo prudente es bajarse como así hace.

Foto: Manolo y Enrique a pie de vía

Decididamente nos bajamos, la roca está resbaladiza y el aire y las nubes no invita a esperar, por aprovechar la mañana, la bajada la hacemos hacia el oeste en dirección al Mondalindo con el fin de conocer un poco la zona, nos metemos por el collado que está a la izquierda de la aguja Astarté, con la intención de empalmar con el PR que te lleva a Valdemanco.
Según perdemos altura parece que afloja el aire y aparece tímidamente el sol.

Foto: Bajando al PR

El tiempo nos ha dado un respiro y tenemos al lado el Cancho Albalá del que Enrique se ha traído los croquis, parecemos posesos al asalto del castillo, el aire seca rápido la roca. ¡Venga, de aquí para allá lo que nos de tiempo!
Allá va Manuel a por la primera, y luego a por la segunda… y Enrique y yo detrás.

Foto: Manolo en el Cancho Albalá

En la segunda nos pilla el marrón, o mejor dicho, me pilla el marrón. ¡Glup, lo veía venir! A pie de vía empieza de nuevo a llover y tengo que desequipar, aun siendo una vía de IV+, tengo que concentrarme pues la adherencia en mojado y con aire no es tanta adherencia y menos si vas de primero, tengo que reconocer que me alivió bastante el llegar a la reunión.

Foto: Enrique observando la entrada de otro frente

La lluvia arrecia y del casco ya nos gotea el agua, decidimos por fin bajarnos a tomarnos algo mientras preparamos la próxima,… No sé por qué pero me sospecho que será por aquí,… si el tiempo lo permite.
La actividad no ha sido muy buena pero por lo menos nos quitamos un poco el gusanillo, es curioso el nombre de la última vía, un paseo por Valdemanco, justo lo que hemos hecho.
Como Llegar: Dependiendo de la actividad que vayas a hacer a las agujas de Valdemanco se puede entrar por varios sitios:
- Desde el cementerio de Valdemanco cogiendo el GR y atrochar recto siguiendo unos dispersos hitos por una senda semioculta que va dirección Cancho Gordo. (La cogimos de subida)

- Desde el cementerio de Valdemanco seguir el PR que te lleva al Cancho Albalá, pasado este, torcer a la derecha y subir buscando el collado que aparece en la foto. (La hicimos de Bajada)

- Por la Ermita de San Antonio, a esta ermita se llega desde el pueblo de la Cabrera, esta ruta la recomienda la guía para las agujas de la derecha.
Croquis:
En la guía de Juan Luis Salcedo los de la aguja de Valdemanco.
En la web de Josetxu los del Cancho Albalá.
Actividad realizada:
350. Zatoichi, V+, M0

351. Un Paseo por Valdemanco, IV+, M0