Me imagino que ya
todos sabéis lo complicado que es hacer una “quedada” algo numerosa para ir a
escalar, no por los problemas logísticos en sí, si no por buscar fecha para
poner a todo el mundo de acuerdo, pues cuando no falla uno falla otro y cuando
ya por fin estamos todos… va y llueve… y vuelta a empezar… ¡Que! ¿Lo organizamos
para el finde que viene?...Pues es que el siguiente me voy al pueblo dice una,
pues es que viene mi prima a Madrid dice otro, y así más o menos todos. Total,
que vuelta a empezar.
Al final, extrañamente
y casi por arte de magia, aparece un día en el calendario que podemos casi
todos, y allá vamos todos en tropel, hasta quince nos reunimos, solo nos faltaba
buscar un sector tranquilo, que acogiera a seis o siete cordadas en su base, y
no muy distante de un restaurante medianamente bueno. El primero sector que
teníamos pensado está impracticable pues es cara norte, pues con los
aplazamientos ha pasado el verano y las últimas lluvias lo han puesto
imposible, así que se nos ocurre ir a la placa del Molinillo.
Foto Alberto
* * *
Domingo
30 de septiembre, las lluvias de ayer han dejado el campo húmedo, como era de
prever las vías de la derecha de la placa del Molinillo están mojadas, incluso por
alguna chorrea el agua, en fin, empezamos por la izquierda y ya vamos viendo.
En pocos minutos ya
estábamos desplegados por toda lo ancho de placa.
Cuando llevamos varias vías Miguel y yo decidimos hacer una visita a la placa triangular que hay a la izquierda de la primera, con nosotros se vienen José Manuel y Luis, con lo que descongestionamos un poco el primer sector.
En este pequeño subsector, con
tres cortas vías de entre V y 6b, compartimos paño con Carlos, un escalador que
sube en solitario, repitiendo las vías una y otra vez, con el fin de probar
varios tipos de botas y gatos, ahí anda con la zapatería montada a pie de vía.
Miguel, en la vía de la izquierda de la placa triangular |
Foto Alberto: Las vías de la dcha. parcialmente mojadas
Ya de
vuelta y antes de irnos a comer, rematamos el día en la zona húmeda de la
derecha, aunque no le hemos dado mucho tiempo al sol para secar las vías, se
pueden hacer si vas con un poco de cuidado y no tocas “lo negro que brilla”.
Peri, en la última de la derecha
Algunos
de mis amigos, como Peri y Cristina, se llevan unos “recuerdos” en sus brazos después
de empotrar en la fisura de la última vía.
Cristina en la fisura
Llega
la hora, Miguel se despide pues tiene que estar pronto en casa, tras cerrar la
última vía, que por cierto era la única que me faltaba del paño, nos vamos a
dar un homenaje.
Bien bien, como nos ponemos de hidratos de carbono para recuperar lo quemado Antonio, jajaja.
ResponderEliminarEste tipo de jornadas tambièn son buenas, no va a ser todo penar ;)
salu2
Ya ves, cuesta organizarlas pero cuando al final salen es un placer, y más si todos quedan contentos.
ResponderEliminarSaludos
Buenas Antonio,
ResponderEliminarEstuvimos echando un ojo a esa última vía de la derecha, la de tus últimas fotos del post. La vimos algo sucia y lo mismo cuando volvamos la limpiamos un poco.
¿Sabes el grado que tiene? Se la vé chula.
Un saludo.
Que tal Diego, esa vía es algo atlética y no es muy difícil, deberá estar por el V+/6a, creo recordar que aunque ves chapas nosotros subimos algún friends, los quitamos para la gente que subió luego en top fuera más cómoda. Ojo a las zarzas.
ResponderEliminarSaludos
Ok Antonio,
ResponderEliminarCuando hicimos la semiequipada de su izquierda me descolgué y ví además de las zarzas de la parte alta de la fisura, musgo en la placa.
Si vamos este finde la haremos.
Gracias, un saludo.