02 enero 2013

Entre nieblas por... ¿La Cabrera?

Vivimos una época difícil donde muchos han de encontrar cada día un motivo para seguir luchando, para seguir buscando la felicidad entre la mediocridad, un motivo que sea algo más que vivir por vivir, que vivir por inercia. Casualmente estos días coinciden con unas profecías mayas que anuncian cambios en la humanidad, aunque la mayoría de nosotros no creemos en este tipo de historias, no nos importaría ver algún que otro cambio en este mundo, quizás por esto la noticia del fin del calendario maya ha salido tanto a la luz, por nuestros deseos de vivir la vida de otra manera.

Ferpelao

Según andas monte arriba piensas en esos cambios... ¡Pues a ver cuales van a ser! Te dices. En nuestra mente occidental no caben ya este tipo de patrañas, estamos tan metidos en la vorágine de este mundo que no somos capaces de ver algo más allá de nuestras narices, casi hemos perdido la capacidad de contemplar y soñar. Quizás por esto vamos al monte, para evadirnos, buscamos allí ese mundo casi perfecto, el mundo que te haga dudar entre lo real y lo fantástico, con suerte, quizás encuentres algo distinto, algo que roce lo irreal. Hoy tuvimos la suerte de encontrar algo distinto, o al menos eso quisimos, o quise ver.
Nada más ponernos a andar por la estrecha senda nos cubrió la niebla, a los pocos segundos se formó ante nosotros un arco blanco, casualmente nuestro camino pasaba debajo de él, era como si nos indicara la senda a seguir, como si fuera la puerta a otro lugar.
Encontramos un lugar como lo que es la escalada en si, en el que has de luchar y seguir hacia arriba en tú momento, y proteger al compañero cuando le llega el turno, y allí anduvimos disfrutando... 












Al descender de la montaña desaparecieron la nieblas, a nuestra espalda volvió a surgir el arco blanco, tuvimos la impresión de salir del mundo mágico.
Quizás simplemente pasamos un buen día entre amigos, donde lo problemas de allá abajo quedaron disipados entre la niebla. Yo quise ver otro mundo, y simplemente vi la otra cara del nuestro al contemplar la naturaleza, y aunque está cara también es dura, sin duda la prefiero.

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