Hoy
vamos a Emburriaderos, un bonito y agradable sector cerca del Puerto
de Navacerrada. Por fin subo a escalar después de mucho tiempo sin
hacerlo,... a ver qué tal se da el día. En la subida al sector me
vienen recuerdos de la melancólica Irlanda, lugar donde he pasado
unos días de vacaciones.
Allí
hubo una cosa que me llamó poderosamente la atención y quiero dejar
reflejada en este blog, aunque no sé si seré capaz de relatar la
sensación, pues esta entra mejor por los poros que por las palabras.
Un
día nos acercamos a Wichlow, un pueblecito al sur de Dublín, nos
apetecía conocer el ambiente de un pueblo marinero irlandés y este
fue el elegido, más que nada por su cercanía, pues disponíamos
solo media jornada para la visita.
La
tarde era gris y las nubes desprendían una suave y fina lluvia, lo
típico por aquí, el día bien podía reflejar o personalizar la
tristeza. Al acercarnos al muelle vimos que, junto a unos pescadores,
merodeaba a sus anchas un buen ejemplar de foca gris.
La
descarada foca se acercó al muelle, más concretamente a los chavales que rodeaban a los
pescadores, a sabiendas de que algo de comida iba a recibir,
efectivamente algo caía al mar y allí andaba nuestra insaciable y
oronda amiga pidiendo más y más. Fue batir las palmas uno de los
chavales, en señal de que por aquí no había más que rascar, y
salir la foca con gráciles movimientos mar adentro. Me sorprendió
la soledad que podía aguantar este simple y alegre animal en un
lugar para mi tan frío e inhóspito, sobre todo cuando la perdí de
vista entre las lejanas y rizadas olas. No pude evitarlo, mentalmente
comparé la imagen con la de un solitario alpinista perdido en la
inmensidad del Himalaya o como el de un aventurero en busca del polo
en mitad de la banquisa ártica.
Cuanto
ego nos sobra a los humanos que vamos de aventureros y cuanto tenemos
que aprender de los otros seres con los que compartimos planeta.
* * *
Aquí en España el día es excepcional, nada que ver con la desapacible Irlanda. Como no voy atento y soy el único que conoce el sector, damos algún que otro rodeo antes de llegar a pie de vía, es lo que tiene andar con la mente en otro sitio.
Eloy
Al
ir seis podemos formar tres cordadas, a mis amigos les indico un par
de vías con parabolts para calentar, yo me pido una de casi treinta
metros que está semiequipada con dos parabots y un viejo buril con
chapa casera, he subido los friends y quiero quitarle las telarañas
a las fisuras, más que nada por practicar un poco, pues hace tiempo
que no lo hago.
Salgo
contento, pues friend que elijo a ojo, friend que entra a la primera,
y encima todos quedan a cañón.
Lorena, en la vía de los friends
Completamos
el día con unas cuantas vías más, donde podemos disfrutar del
granito alpino de Guadarrama.
Peri
Jose probando un 6b
Estamos
encantados con el día que hemos tenido, y aunque hemos disfrutado de
lo lindo, la actividad no tiene nada que ver con la aventura una foca
que vaga en solitario por medio del atlántico norte, para ella
esto sería un simple charco de agua.
P.D.
Si quieres más detalles de este sector pincha en la etiqueta de
Emburriaderos, que hay arriba a la derecha.
Hola Antonio,
ResponderEliminarFíjate lo poco o pensándolo mejor, lo mucho que tiene esa foca...y lo que nos quejamos nosotros día a día. Ahí está el bicho esperando que alguien le tire algo, como parte de su rutina diaria durante varias veces a lo largo del día, luego su paseo en libertad por la inmensidad del mar, a veces tranquilo y a veces no tanto como cualquier tempestad en el Himalaya de esas que yo al menos aún no he tenido la suerte de ver en persona, pero que seguro acongojan al más experimentado himalayista.
Bienvenido y a seguir dando el cayo y puliendo las levas de esos cacharros....
Abrazos.
Que tal Diego!
ResponderEliminarAunque sea su medio sobrecoge imaginar a una animal en el día a día en mitad del mar, y nosotros por aquí quejándonos de lo primero que se nos ocurra.
Gracias, por aquí seguimos otra vez, a ver si tenemos un buen año y podemos consumir material.
Un abrazo