Llega
el otoño,
el
sol parece que se aletarga, las plantas amarillean y sueltan hojas y
frutos, poco a poco se van acomodando a su descanso invernal.
Por nuestra senda hay muchas encinas que empiezan a soltar sus
bellotas, ahí están las cabras para aprovecharlas, esos seres de
extraños ojos con los que compartimos cielo, caprichosos riscos y
hoy los húmedos paños de la Pedriza. Viéndolas parece que el andar
por las musgosas placas es cosa sencilla. Cuando nos acercamos a la
base del Pingüino se alejan mirándonos de reojo, aunque no sé,
quizás no nos miren a nosotros, quizás miren ese puñado de
bellotas que acabamos de soltar al rozarlas con nuestros macutos, en
fin, son pacientes y en pocas horas vendrán a por ellas.
Manolo en Bambara
* * *
Este
otoño empezamos la actividad pedricera en el Pingüino, un recóndito
conjunto de riscos no muy conocido situados detrás de la llamada
placa del nueve. Digo conjunto pues a grandes rasgos el sector está
dividido en tres zonas, la central en la que Ignacio Lujan en su
croquis ha reseñado diez vías; la zona derecha, cercana al Cancho
Perru, en la que reseña tres y a la izquierda de la central en la se
pueden ver cuatro. Esta última zona la dejamos pendiente para otra
ocasión, debe ser buena, pues estando trepando en las vías del
centro, pasaron hasta ocho personas a por ellas. Nos quedamos
intrigados del porqué todos iban para el mismo lugar, buenas vías
deben haber allí… o igual un poco más para allá.
Hoy
subimos Manolo, Miguel y yo. Ayer llovió y aunque la tierra aún
está algo húmeda los paños están en perfectas condiciones, hay
algo de musgo pero es fácilmente sorteable.
Vía Bambara
Vía Junco
Empezamos
con Bambara, 6a y Junco, V+ dos vías similares situado en un
negruzco paño salpicado de manchones blancos, donde predomina el
microcanto y la ñapa pedricera, vienen fenomenal para calentar e ir
recordando cómo era esto de trepar por placa pedricera.
A
la disminuida luz de la estación hay que añadir las nubes cargadas
de agua sobre nuestras cabezas que oscurecen un poco más el día, de
vez en cuando las nubes dejan soltar tímidas gotas, lo justo para
hacernos dudar de seguir o no trepando... a ver si aguanta un
poquito!
Con
la mosca detrás de la oreja continuamos por Bergfalken, 6a+ y
Yugurunga, 6a, estas dos vías ya tienen algo de canto y son más
verticales al inicio, luego tumban un poco y a tirar nuevamente de
adherencia.
Bonita
y estética vía esta Yugurunga, sus formas parecen olas petrificadas
en un inmenso mar de granito, las cuatro gotas que nos caen ayudan a
imaginar el romper de las olas.
Entre las olas de Yugurunga
Rematamos
esta zona del paño con Pepinhos Brown, 6c; Miguel la saca bien, el
resto a sufrir.
Miguel en Pepinhos Brown
El
caso es que desde abajo los pasos parecen evidentes y subes con la
idea predefinida,… fisurita lateral, pasito ahí, pinzás el bloque
por debajo, luego lo agarras por encima, lo superas y para arriba a
la fácil placa. Pero como dicen ahora en el futbol,… no termino de
definir bien.
Acabada
esta nos vamos en dirección al Cancho Perru, detrás de unos bloques
aparece el sector derecho del Pingüino, ya a su pie la placa parece
que tumba, sensación que pierdes justo cuando llegas a la primera
chapa, y aunque sea reiterativo por estos lugares te viene el mismo
pensamiento de siempre,... parecía más tumbado desde abajo!
Aquí,
nos hacemos V-Twin, 6b.
Miguel en V-Twin
Se
hace tarde y el cielo cada vez está más negro, decidimos dar la
jornada por buena, plegamos cuerda y repartimos material.
Antes
de irnos le doy un deliberado cimbreado a un par de ramas, pues he
visto que las cabras empiezan a asomar sus cabezas en busca de su
ración de bellotas.
Cómo
llegar:
Desde el tranco subir por la senda que va a la placa del 9, una vez
allí tomar la trocha que sale por su derecha, enseguida aparecerá
una placa negruzca con chapas, estas en la zona central del Pingüino.
Croquis:
Este es el que aparece por la red, es de Ignacio Luján.
Material:
Vías de deportiva, aparte del equipo personal, con una cuerda de 60
m, reunión y una docena de cintas es suficiente.
Nota: Las fotos son de Manolo y mías.