El otro día me sentí identificado leyendo una entrevista que
le hicieron a Beck Weathers (*), comentaba que cuanto más escalaba, menos le
motivan la “fiebre de cima” y el ego, decía que lo que le motivaba era el
disfrutar de las montañas y el estar con otros individuos que compartían la
misma pasión.
Antes de leer esto me sentía un bicho raro. He salido con
mucha gente a la montaña, todos tenían sus metas y proyectos, superar el grado,
escalar esa vía, subir aquella montaña, ser guía,… todos con sus sueños y proyectos
y yo con una extraña y mal entendida apatía que no comprendía, como si la
“fiebre de cima” que yo también sentí de joven se me estuviera escapando con
los años, ya me daba igual que vía trepar o que monte subir, simplemente lo que
quería era disfrutar de la montaña en cualquier sitio con la gente que ama la
montaña.
Ahora sé que no soy un bicho raro por no tener metas, pues mi
meta es muy simple, tan simple que no la veía, estar ahí.
Ahora comprendo que todo
fue una evolución.
(*) Beck Weathers,
superviviente de la tragedia del Everest de 1.996
Hola Antonio. Me alegra saber que has encotrado tu camino en el momte y que de nuevo nos haces difrutar con tus escritos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola Miguel, iba por buen camino con buena gente, ahora ya veo y siento el camino que espero seguir compartiendo con buena gente como tu.
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias, pero yo a mi mismo no me veo tan buena gente. Eso si yo tambien espero compartir contigo algunos tramos de tu camino.
ResponderEliminarHombre, tampoco queremos que seas como la madre Teresa de Calcuta, te queremos como eres. :)
ResponderEliminarEsto se me recuerda a esos versos de Machado en los que decía "Nunca perseguí la gloria, ni dejar en la memoria de los hombres mi canción. Yo amo los mundos sutiles, ingrávidos y gentiles como pompas de jabón". Y es que, desde mi punto de vista, la montaña si tiene algo de bueno es justo eso, la libertad; el hecho de que el camino lo hacemos nosotros, y no la sociedad. ¿Qué más le da a la gente dónde lleguemos? No tenemos que rendir cuentas a nadie, ni nadie a nosotros.
ResponderEliminarSi te apasiona el simple hecho de estar en la montaña, y puedes hacerlo, ya has conseguido tu cima.
Un abrazo
Diego (manerasdeescalar)
No me preocupaba lo que pensara la gente, pues como bien dices no tengo que rendir cuentas a nadie, al menos en montaña. Simplemente me fijaba en los objetivos de los otros, cuando lo que tenía que haber hecho es mirar en mi interior.
ResponderEliminarGracias por el comentario Diego.
Un abrazo