Hay
veces que cuando escalas te introduces en una especie de trance, en
ese estado olvidas todo lo que te rodea, en ese momento sobra el
resto del mundo, solo estás la naturaleza y tú, el uno frente al
otro, mejor dicho aún, solo hay uno, pues eres y te sientes parte de
la naturaleza. Tus humanos dedos se meten en esas cálidas presas que
parecen estar hechas para ellos, no sientes frío ni calor, no existe
el miedo ni el temor a la caída, olvidas incluso pasar la cuerda por
alguno de los mosquetones que ha puesto tu compañero, por fin has
conseguido lo que llevas años buscado en la montaña, conectar con
la naturaleza.
Cualquier
maestro Zen te podría decir que todo está en la mente, si una vía
es buena o mala está en tu mente, es la manera que tienes de
afrontar este momento el que la hace diferente, al fin y al cabo solo
es un trozo de roca, la naturaleza te lo pone delante, y a ti te toca
hacer inolvidable ese momento, esa profunda sensación no la vives
todos los días. Hoy he tenido la suerte de volverla a vivir en una
modesta vía de este sector, con un nombre bastante familiar para mi
“el musgo nunca duerme”.
* * *
Volvemos a la Majadilla, hoy compartimos el día con Diego y su sobrino
Chistian, hemos elegido este sector por varios motivos, uno de ellos
es que hay cobertura, Diego tiene que estar localizado, otro es que tiene buenas vías que sirven para el aprendizaje del joven
Chistian.
A
Chistian, como a cualquier otro chaval que empieza, les podemos enseñar
todo tipo de técnicas y trucos para progresar, podrán ir a cientos de sitios y escalar mil y una vía diferente en ellos, pero
lo que tendrá que aprender por sí mismo, es como enfrentarse a las
situaciones que le aparecerán en cada uno de esos lugares, con suerte, algún día podrán descubrir las
sensaciones que te puede dar uno de estos lugares, a los que ya podrán llamar escaleras a las estrellas.
A
todos los que, desinteresadamente, nos hacen estas escaleras.
3 comentarios:
Gracias Antonio en nombre de los que ponemos, a veces sin acierto, esos peldaños que no llevan a ninguna parte y a todas. El merito de la escalera esta en como se sube por ella. Cada uno encuentra lo que busca al final.
Me ha encantado la forma en la que describes lo que muchos buscamos y sentimos en mayor o menor medida, cuando estamos en nuestro hábitat más preciado.
Me uno en las felicitaciones !!!
Un abrazo.
Gracias a vosotros por estar ahí.
Un Abrazo
P.D. Gracias por la foto también Diego, que no he dicho nada
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