14 octubre 2014

El Pingüino, La Pedriza

Llega el otoño, el sol parece que se aletarga, las plantas amarillean y sueltan hojas y frutos, poco a poco se van acomodando a su descanso invernal. Por nuestra senda hay muchas encinas que empiezan a soltar sus bellotas, ahí están las cabras para aprovecharlas, esos seres de extraños ojos con los que compartimos cielo, caprichosos riscos y hoy los húmedos paños de la Pedriza. Viéndolas parece que el andar por las musgosas placas es cosa sencilla. Cuando nos acercamos a la base del Pingüino se alejan mirándonos de reojo, aunque no sé, quizás no nos miren a nosotros, quizás miren ese puñado de bellotas que acabamos de soltar al rozarlas con nuestros macutos, en fin, son pacientes y en pocas horas vendrán a por ellas.
Manolo en Bambara

* * *
Este otoño empezamos la actividad pedricera en el Pingüino, un recóndito conjunto de riscos no muy conocido situados detrás de la llamada placa del nueve. Digo conjunto pues a grandes rasgos el sector está dividido en tres zonas, la central en la que Ignacio Lujan en su croquis ha reseñado diez vías; la zona derecha, cercana al Cancho Perru, en la que reseña tres y a la izquierda de la central en la se pueden ver cuatro. Esta última zona la dejamos pendiente para otra ocasión, debe ser buena, pues estando trepando en las vías del centro, pasaron hasta ocho personas a por ellas. Nos quedamos intrigados del porqué todos iban para el mismo lugar, buenas vías deben haber allí… o igual un poco más para allá.
Hoy subimos Manolo, Miguel y yo. Ayer llovió y aunque la tierra aún está algo húmeda los paños están en perfectas condiciones, hay algo de musgo pero es fácilmente sorteable.
Vía Bambara

Vía Junco

Empezamos con Bambara, 6a y Junco, V+ dos vías similares situado en un negruzco paño salpicado de manchones blancos, donde predomina el microcanto y la ñapa pedricera, vienen fenomenal para calentar e ir recordando cómo era esto de trepar por placa pedricera.
A la disminuida luz de la estación hay que añadir las nubes cargadas de agua sobre nuestras cabezas que oscurecen un poco más el día, de vez en cuando las nubes dejan soltar tímidas gotas, lo justo para hacernos dudar de seguir o no trepando... a ver si aguanta un poquito!



Con la mosca detrás de la oreja continuamos por Bergfalken, 6a+ y Yugurunga, 6a, estas dos vías ya tienen algo de canto y son más verticales al inicio, luego tumban un poco y a tirar nuevamente de adherencia.
Bonita y estética vía esta Yugurunga, sus formas parecen olas petrificadas en un inmenso mar de granito, las cuatro gotas que nos caen ayudan a imaginar el romper de las olas.
Entre las olas de Yugurunga

Rematamos esta zona del paño con Pepinhos Brown, 6c; Miguel la saca bien, el resto a sufrir.
 Miguel en Pepinhos Brown

El caso es que desde abajo los pasos parecen evidentes y subes con la idea predefinida,… fisurita lateral, pasito ahí, pinzás el bloque por debajo, luego lo agarras por encima, lo superas y para arriba a la fácil placa. Pero como dicen ahora en el futbol,… no termino de definir bien.
Acabada esta nos vamos en dirección al Cancho Perru, detrás de unos bloques aparece el sector derecho del Pingüino, ya a su pie la placa parece que tumba, sensación que pierdes justo cuando llegas a la primera chapa, y aunque sea reiterativo por estos lugares te viene el mismo pensamiento de siempre,... parecía más tumbado desde abajo!
Aquí, nos hacemos V-Twin, 6b.

Miguel en V-Twin
Se hace tarde y el cielo cada vez está más negro, decidimos dar la jornada por buena, plegamos cuerda y repartimos material.
Antes de irnos le doy un deliberado cimbreado a un par de ramas, pues he visto que las cabras empiezan a asomar sus cabezas en busca de su ración de bellotas.

Cómo llegar: Desde el tranco subir por la senda que va a la placa del 9, una vez allí tomar la trocha que sale por su derecha, enseguida aparecerá una placa negruzca con chapas, estas en la zona central del Pingüino.
Croquis: Este es el que aparece por la red, es de Ignacio Luján.


Material: Vías de deportiva, aparte del equipo personal, con una cuerda de 60 m, reunión y una docena de cintas es suficiente.
Nota: Las fotos son de Manolo y mías.