14 octubre 2009

Sierra de la Demanda

Después de un par de días de largas caminatas llegamos al tercer día del puente, en un principio la marcha de este día parecía de relleno. El plan era dar un paseito de unas 4 ó 5 horas, llegar a Pineda de la Sierra a eso de las dos de la tarde, comida en el restaurante de turno y salida a Madrid dando las cuatro en el reloj, y más que de relleno parecía cuando los dos días anteriores habíamos hecho travesías el doble de largas y con desniveles superiores a los 1.000 m.
Bueno, hoy solo 800 m de desnivel nos decíamos, incluso algunos de los que se quedaron, en plan broma por supuesto, pusieron esto como excusa para irse directamente al pueblo, a leer el periódico y tomarse el vermú mientras llegaba la hora de la comida.
Los que hicimos la última ruta, partimos desde el Puerto del Manquillo. Después de un pequeño descampado la travesía se interna en un joven hayedo, en el que destacan algún que otro ejemplar ya más viejo y los siempre vistoso frutos de los serbales.
Foto: Hayas en pleno otoño


Foto: El fruto del serbal de los cazadores


Al coronar la primera colina un viejo mastín leones nos ladra en la distancia, avisa de nuestra presencia a su amo, un curtido pastor burgalés, por ahí viene a nuestro encuentro con unas ganas tremendas de hablar, le acompaña un pequeño y vivaracho chucho de esos que reflejan energía y bondad en sus brillantes ojos sin importarle mucho su lejano pedigrí, más atrás queda su pequeño y recogido rebaño. Con dos frases nos da la clave del día, la clave de su monte.
- Hola, Buenas.
- Buen día tengan ustedes, hace mucho aire para ir en pantalón corto, dice mirando a José Antonio.
- No, lo llevo dentro, dice Jose señalando su macuto.
- ¿Adónde van?
- Vamos a Pineda.
- Pues por este monte solo se puede ir por arriba, por el Pela’o, lo demás esta cerra’o.
- Gracias, por allí vamos.
Eso de Pela’o me suena a frío, pienso mientras miro las nubes que cubren la cresta, por casualidad llevo los pantalones de invierno, he pensando que como el desnivel no era grande no iba a sudar mucho con ellos puestos, mira por donde no me van a sobrar, los de verano andan ya en el autobús con las perneras manchadas de barro de los días anteriores.

Foto: En busca de la cresta

Comenzamos la subida a la cresta, ya se va notando el aire del que nos avisó el vetusto pastor, me paro y saco el corta-vientos, un trago de agua, una foto y a seguir lo más juntos posible antes de meternos en la ventisca.
Llevamos más de una hora en la cresta entre la niebla y tenemos un viento que va en aumento que no te deja andar en línea recta, se hace difícil hablar con alguien, lo único que puedes hacer es mirar la brújula de vez en cuando, y seguir la silueta del que te precede.
El estar aislado te da más tiempo para pensar, entre otras cosas me viene a la mente una conversación que tuve antes de partir.
- ¿Que haces este puente?
- Pues me voy con mi club a trabajar un poco el aeróbico a la sierra de la Demanda.
No querías aeróbico,…pues toma aire.
Me empieza a molestar el viento en mi ojo derecho, ando a ratos con el ojo cerrado para calentarlo y protegerlo del aire, y a ratos con la mano derecha improvisando una visera lateral, pero lo mejor que puedo hacer es pararme a sacar ropa, gorrito de forro a la cabeza, chubasquero de gore con capucha al cuerpo y gafas de ventisca para los ojos, acostumbro a llevar todo en la mochila,…así me pesa. Una miradita a la brújula y a la ya húmeda fotocopia del plano y a seguir con las siluetas de mis amigos, parecemos almas en pena vagando sin destino cierto.
Por suerte llevamos tres días con cenas de esas de reventar, regadas con buenos caldos de la tierra, nos han dado unas valiosas energías extras de las que ahora disponemos.
Pasan las largas horas de dudas y navegación por la ventisca, por fin llegamos al Pela’o, como le llamaba el pastor, aquí el único sitio donde no corres el riesgo de que el aire te tire es sentado en el suelo, lentamente nos vamos agrupando.
A pesar de que los que tienen GPS dicen de reunirnos todos, se hace difícil la espera en este desapacible monte.

Arranca el primero arrastrando a la mayoría, falta Rubén que cierra filas con el grupo de rezagados, lleva GPS es experto y difícilmente se pierde, además veo que de los que parten ninguno lleva emisora y hoy yo la llevo, son las excusas que me doy para ir con los de cabeza.
Más o menos agrupados, entre la ventisca, seguimos monte adelante, llevamos unos veinte minutos andando y la pendiente no baja, aquí falla algo, según el mapa ya tendríamos que empezar a bajar, miro la brújula y veo que vamos en dirección este.
- Eeeeh! Que vamos mal.
Reunido el grupo de cabeza trazamos la ruta sobre un plano mojado que ya se me cae a trozos, aunque estamos fuera del mapa, la dirección a tomar es clara, siempre al norte.

Para allá vamos pues, en busca del hoy cálido norte. Después de atravesar un pequeño y compacto hayedo salimos a un claro, perdemos altura, abandonamos la niebla y a resguardo el viento deja soplar, sin ellos ya se anda mejor, pronto divisamos el pueblo donde celebramos la llegada con una buena comida en una no menos buena terraza, entre las risas de los que tenían que haber llegado después y que por arte de magia han aparecido antes que nosotros en el pueblo. :)

Foto: Los “incondicionales” a la hora de comer. :)

Hospedaje: Albergue de la Real Fábrica, Ezcaray. 941. 354. 474

Cartografía recomendada:
I.G.N. Hojas 239 (Pradoluengo) y 240 (Ezcaray).

Actividad realizada:
Día 10: Sta. Cruz del Valle Urbión – San Millán – Pineda de la Sierra.
Día 11: Valdezcaray – San Lorenzo – Monasterio de Valvanera.
Día 12: Pto. del Manquillo – Pineda de la Sierra.

7 comentarios:

Historias de montaña dijo...

Que hay Antonio:

Precioso lugar a pesar de la niebla, seguro ;)

Salu2

Antonio dijo...

Si es bonito pero lo mejor es que desconectas de todo.

Saludos

El Patxi dijo...

Hombre, mi querida Sierra de la Demanda en la Tierra que me vío nacer, La Rioja.

Poco se escribe en internet sobre ésta Sierra y el pico San Lorenzo, Ezcaray y Valvanera (cuyo primo de mi padre está allí en la orden de los Benedictinos y al que visité hará un año mas o menos).

Tengo pendiente la ruta por el GR-93 que atraviesa La Rioja, pero como tantas y tantas cosas....hay que ir poco a poco.

Un saludo.

PD: Bonitas fotos.

Diego dijo...

No todo va a ser roca verdad Antonio?

Hay que darse rulos de estos de vez en cuando, para relajar la mente y "algunos" múculos ;-)

Muy bonitas las fotos.

Salu2

Antonio dijo...

Hola
Patxi, la verdad es que si no me he extendido más ha sido por no resultar pesado.
De los sitios a los que fuimos lo mejor los hayedos del GR 93, la plaza de la Real Fabrica donde teniamos el albergue, el monasterio de la Valvanera y, sobre todo, esas tardes en Ezcaray tras la pateada, degustando los vinos y tapas del lugar.
De buena tierra eres.

Diego, no todo en la montaña va a ser la trepada, de vez en cuando viene bien patear monte, como bien dices te relaja el coco.

Fotos saqué pocas ya que estuvimos dos días entre nieblas.

Saludos

Anónimo dijo...

¡¡Cómo me hubiese gustado acompañaros!!

Un abrazo.

Gato

Antonio dijo...

Hola Gato, bienvenido a este blog, pues la verdad es que lo pasamos fenomenal, el tiempo ha borrado ya los breves momentos malos y la mente se ha encargado de idealizar los recuerdos.

Un abrazo